Salmos para el sustento (por el trabajo o por la estabilidad financiera):

 SALMO 23 (22)

El Señor es mi pastor.- El es mi pastor: nada me puede faltar. Ante mi está la mesa y la copa de Cristo; mejor que la unción con el santo óleo, he recibido la unción del Espíritu Santo (1 Juan 2,27); espero, no el descanso de la muerte, sino la resurrección junto al Padre

1 El Señor es mi pastor: nada me falta;
2 en verdes pastos él me hace reposar.
A las aguas de descanso me conduce,
3 y reconforta mi alma.
Por el camino del bueno me dirige,
por amor de su nombre.
4 Aunque pase por quebradas oscuras,
no temo ningún mal,
porque tú estás conmigo 
con tu vara y tu bastón,
y al verlas voy sin miedo.
5 La mesa has preparado para mi
frente a mis adversarios,
con aceites perfumas mi cabeza
y rellenas mi copa.
6 Irán conmigo la dicha y tu favor 
mientras dure mi vida,
mi mansión será la casa del Señor
por largos, largos días.


SALMO 34 (33)

Hagan la prueba y vean cuán bueno es el Señor.- Escuchemos la experiencia de los pobres y los humildes: Dios se hace muy cercano a los que no tienen otro apoyo que él.

2 Bendeciré al Señor en todo tiempo,
no cesará mi boca de alabarlo.
3 Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren.
4 Engrandezcan conmigo al Señor 
y ensalcemos a una su nombre.
5 Busqué al Señor y me dio una respuesta
y me libró de todos mis temores.
6 Mírenlo a él y serán iluminados 
y no tendrán más cara de frustrados.
7 Este pobre gritó y el Señor lo escuchó,
y lo salvó de todas sus angustias.
8 El ángel del Señor hace sus rondas
junto a los que le temen y los guarda.
9 Gusten y vean cuán bueno es el Señor
¡dichoso aquel que busca en él asilo!
10 Teme al Señor, pueblo de los santos, 
pues nada les falta a los que le temen.
11 Los ricos se han quedado pobres y con hambre,
pero a los que buscan al Señor nada les falta.
12 Vengan, hijos, y pónganme atención,
quiero enseñarles el temor del Señor.
13 ¿Cuál es el hombre que anhela vivir
y desea gozar días felices?
14 Guarda tu lengua del mal,
tus labios de palabras mentirosas.
15 Apártate del mal y haz el bien,
busca la paz y ponte a perseguirla.
17 El Señor aparta su cara de los malos
y borra de la tierra su recuerdo.
16 Pero tiene puestos sus ojos en los justos
y sus oídos pendientes en los clamores.
18 En cuanto gritan, el Señor escucha,
y los libra de todas sus angustias.
19 El Señor está cerca del corazón deshecho
y salva a los de espíritu abatido.
20 Aunque el justo padezca muchos males,
de todos los librará el Señor.
21 El cuida con afán todos sus huesos,
no le será quebrado ni uno de ellos.
22 El malo morirá por su maldad 
y los que odian al justo, lo tendrán que pagar.
23 Pero el Señor libra el alma de sus siervos,
el que se ampara en él no tendrá que pagar.


SALMO 36 (35)

Maldad del pecador y bondad de Dios.—La misma maldad de los hombres nos incita a confiar en la bondad de Dios.

2 Sólo el pecado habla al impío en el fondo de su corazón; ¡ningún temor de Dios ante sus ojos!
3 Se mira con tan buen concepto, que se niega a admitir su culpa.
4 Sus palabras son fraude y maldad; renunció a ser sensato, a obrar el bien.
5 Hasta en su lecho rumia sus maldades; se obstina en el camino que no es bueno, no renuncia al mal.
6 Señor, tu amor está sobre los cielos y tu fidelidad pasa las nubes.
7 Como los altos montes es tu justicia, y tus decretos como los abismos; Señor, tú ayudas a hombres y animales: 8 ¡qué valiosa es tu gracia!
A ti acuden los hijos de Adán, debajo de tus
 alas se refugian; 9 se sacian con lo mejor de 
tu casa, y le quitas la sed en tu río de delicias.
10 En ti se halla la fuente de la vida, y es por tu
luz que vemos la luz.
11 Conserva tu amor a los que te conocen, tus 
premios a los de recto corazón.
12 Que no me aplaste el pie del orgulloso, ni me
atrape la mano del impío.
13 ¡Ahí están, cayeron los malhechores, fueron
tumbados y no pueden levantarse!

SALMO 62 (61)

En Dios solo descansa el alma mia.— He aquí otra vez un salmo que parecerá muy ajeno a los creyentes de los países en paz.
Los salmos son la oración de un pueblo siempre en lucha y roído por la violencia. Fijémonos en las noticias de la televisión, incluso en las de un noticiario manejado, y veremos que la violencia aflora lo suficiente como para que hagamos esa noche la oración del verdadero mundo, del que lucha por sobrevivir.

2 En Dios sólo descansa el alma mía,
de él espero mi salvación.
3 Sólo él es mi roca y mi salvador,
si es mi fortaleza, no he de vacilar.
4 ¿Hasta cuándo se lanzan todos contra uno,
para juntos demolerlo
como se echa abajo un muro,
como se derriba una cerca?
5 Todos sus proyectos son sólo engaños,
su placer es mentir;
con lo falso en la boca ellos bendicen,
y en su interior maldicen.
6 Sólo en Dios tendrás tu descanso, alma mía,
pues de él me viene mi esperanza.
7 Sólo él es mi roca y mi salvador,
si es mi fortaleza, no he de vacilar.
8 En Dios están mi salvación y mi gloria,
él es mi roca y mi fuerza, en él me abrigo.
9 Pueblo mío, confíen siempre en él,
abran su corazón delante de él,
Dios es nuestro refugio.
10 El vulgo no es más que una pelusa,
y de los de arriba no se puede fiar.
Si en la balanza se pusieran todos,
ni un soplo pesarían
11 No vayan a contar con la violencia
ni se hagan ilusiones con la rapiña;
el corazón no apeguen
a las riquezas cuando se acrecientan.
12 Una vez Dios habló,
dos cosas yo entendí:
Que de Dios es la fuerza,
y tuya es, oh Señor, también la gracia.
Que eres tú quien retribuye
a cada cual según sus obras.

SALMO 65 (64)


Visitas la tierra y la colmas de riquezas.— 
Acción de gracias por las ricas cosechas de un año fértil.

2 En Sión, oh Dios, conviene alabarte
y en Jerusalén cumplir nuestras promesas,
3 pues tú has oído la súplica.
Todo mortal viene a ti con sus culpas a cuestas;
nuestros pecados nos abruman
pero tú los perdonas.
5 Feliz tu invitado, tu elegido
para hospedarse en tus atrios.
Sácianos con los bienes de tu casa,
con las cosas sagradas de tu Templo.
6 Tú nos responderás, como es debido,
con maravillas, Dios Salvador nuestro,
esperanza de las tierras lejanas
y de las islas de ultramar,
7 tú que fijas los montes con tu fuerza
y que te revistes de poder.
8 Tú calmas el bramido de los mares
y el fragor de sus olas;
tú calmas el tumulto de los pueblos.
9 Tus prodigios espantan a los pueblos lejanos,
pero alegran las puertas
por donde el sol nace y se pone.
10 Tú visitas la tierra y le das agua,
tú haces que dé sus riquezas.
Los arroyos de Dios rebosan de agua
para preparar el trigo de los hombres.
Preparas la tierra, 11 regando sus surcos,
rompiendo sus terrones,
las lluvias la ablandan, y bendices sus siembras.
12 Coronas el año de tus bondades,
por tus senderos corre la abundancia;
13 las praderas del desierto reverdecen,
las colinas se revisten de alegría;
14 sus praderas se visten de rebaños
y los valles se cubren de trigales,
¡ellos aclaman, o mejor, ellos cantan!


SALMO 67 (66)

2 ¡Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
nos ponga bajo la luz de su rostro!
3 Para que conozcan en la tierra tu camino,
tu salvación en todas la naciones.
4 Que los pueblos te den gracias, oh Dios,
que todos los pueblos te den gracias.
5 Que los poblados se alegren y te canten.
Pues tú juzgas los pueblos con justicia,
tú riges a los pueblos de la tierra.
6 Que los pueblos te den gracias, oh Dios,
que todos los pueblos te den gracias.
7 Ha entregado la tierra su cosecha,
Dios, nuestro Dios, nos dio su bendición;
8 que nos bendiga Dios, y sea temido
hasta los confines de la tierra.




SALMO 85 (84)

La justicia y la paz se han abrazado.— La salvación que Dios nos trae es como un enlace entre cielo y tierra, una obra común
de Dios y de los humanos. Cristo es la plenitud de Dios y el fruto de nuestra tierra.

2 Señor, has sido bueno con tu tierra:
hiciste volver a los cautivos de Jacob.
3 Suprimiste la deuda de tu pueblo,
perdonaste totalmente su pecado.
4 Depusiste todo tu furor,
y volviste del ardor de tu cólera.
5 Restablécenos, Dios, salvador nuestro,
pon fin a tu resentimiento con nosotros.
6 ¿Estarás siempre irritado con nosotros,
de edad en edad proseguirá tu cólera?
7 ¿No volverás, acaso, a darnos vida
para que tu pueblo en ti se regocije?
8 ¡Haz, Señor, que veamos tu bondad
y danos tu salvación!
9 Quiero escuchar lo que dice el Señor,
pues Dios habla de paz
a su pueblo y a sus servidores,
con tal que en su locura no recaigan.
10 «Cerca está su salvación de los que le temen
y habitará su Gloria en nuestra tierra.
11 La Gracia y la Verdad se han encontrado,
la Justicia y la Paz se han abrazado;
12 de la tierra está brotando la verdad,
y del cielo se asoma la justicia.
13 El Señor mismo dará la felicidad,
y dará sus frutos nuestra tierra.
14 La rectitud andará delante de él,
la paz irá siguiendo sus pisadas.»


SALMO 104 (103)

El universo alaba a su Creador.— El creyente contempla el universo, obra de Dios, y se llena de admiración y de optimismo.
Todo viene de Dios, pero también todo existe para el hombre y Dios ahora está acabando su creación por el trabajo de los hombres y la irradiación de sus testigos. «Envía tu Espíritu, que renueve la faz de la tierra.»

1 ¡Bendice al Señor, alma mía!
¡Eres muy grande, oh Señor, mi Dios,
vestido de gloria y majestad,
2 envuelto de luz como en un manto!
Tú despliegas los cielos como un toldo,
3 construyes sobre las aguas tu piso alto.
Tú haces tu carro de las nubes
y avanzas en alas de los vientos.
4 Tomas de mensajeros a los vientos
y como servidores un fuego en llamas.
5 Pusiste la tierra sobre sus bases,
por siempre jamás es inamovible.
6 La cubres con el manto de los océanos,
las aguas se han detenido en las montañas.
7 Ante tu amenaza emprenden la fuga,
se precipitan a la voz de tu trueno;
8 suben los montes, bajan por los valles
hasta el lugar que tú les señalaste;
9 pusiste un límite que no franquearán,
para que no vuelvan a cubrir la tierra.
10 Haces brotar vertientes en las quebradas,
que corren por en medio de los montes,
11 calman la sed de todos los animales;
allí extinguen su sed los burros salvajes.
12 Aves del cielo moran cerca de ellas,
entremedio del follaje alzan sus trinos.
13 De lo alto de tus moradas riegas los montes,
sacias la tierra del fruto de tus obras;
14 haces brotar el pasto para el ganado
y las plantas que el hombre ha de cultivar,
para que de la tierra saque el pan
15 y el vino que alegra el corazón del hombre.
El aceite le dará brillo a su rostro
y el pan fortificará su corazón.
16 Los árboles del Señor están colmados,
los cedros del Líbano que plantó.
17 Allí hacen sus nidos los pajaritos,
en su copa tiene su casa la cigüeña;
18 para las cabras son los altos montes,
las rocas son escondrijo de los conejos.
19 Pusiste la luna para el calendario
y el sol que sabe a qué hora ha de ponerse.
20 Tú traes las tinieblas y es de noche,
en que rondan todas las fieras de la selva;
21 rugen los leoncitos por su presa
reclamando a Dios su alimento.
22 Cuando el sol aparece se retiran
y vuelven a acostarse en sus guaridas;
23 el hombre entonces sale a su trabajo,
a su labor, hasta que entre la noche.
24 ¡Señor, qué numerosas son tus obras!
Todas las has hecho con sabiduría,
de tus criaturas la tierra está repleta!
25 Mira el gran mar, vasto en todo sentido,
allí bullen en número incontable
pequeños y grandes animales;
26 por allí circulan los navíos
y Leviatán que hiciste para entretenerte.
27 Todas esas criaturas de ti esperan
que les des a su tiempo el alimento;
28 apenas se lo das, ellos lo toman,
abres tu mano, y sacian su apetito.
29 Si escondes tu cara, quedan anonadados,
recoges su espíritu, expiran
y retornan a su polvo.
30 Si envías tu espíritu, son creados
y así renuevas la faz de la tierra.
31 ¡Que la gloria del Señor dure por siempre
y en sus obras el Señor se regocije!
32 él, que mira a la tierra y ésta tiembla,
y si toca a los montes, echan humo.
33 Al Señor quiero cantar toda mi vida,
salmodiar para mi Dios mientras yo exista.
34 Ojalá que le agrade mi poema,
yo, como sea, me alegro en el Señor.
35 ¡Desaparezcan de la tierra los pecadores
y que no existan más los malvados!
¡Alma mía, bendice al Señor!


SALMO 121 (120)

Dios no te faltará.— El peregrino hacia Jerusalén está pensando en las dificultades del viaje: el camino difícil, el calor del día, quizá en los peligros de parte de ladrones. Pero sabe que Dios ya está con él y que lo acompaña en el viaje.

1 Dirijo la mirada hacia los montes:
¿de dónde me llegará ayuda?
2 Mi socorro me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
3 No deja que tu pie dé un paso en falso,
no duerme tu guardián;
4 jamás lo rinde el sueño o cabecea
el guardián de Israel.
5 El Señor es tu guardián y tu sombra,
el Señor está a tu diestra.
6 Durante el día el sol no te maltratará,
ni la luna de noche.
7 Te preserva el Señor de todo mal,
él guarda tu alma.
8 El te guarda al salir y al regresar,
ahora y para siempre.


SALMO 128 (127)

La bendición del hogar.— Frente a los inquietos e impacientes, el creyente procura ver lo bueno de la vida y del mundo. Reconoce las bendiciones de Dios sobre su hogar y sobre la comunidad cristiana. La familia numerosa es una bendición de Dios para aquellos que la han escogido y asumido.

1 Felices los que temen al Señor
y siguen sus caminos.
2 Comerás del trabajo de tus manos,
esto será tu fortuna y tu dicha.
3 Tu esposa será como vid fecunda
en medio de tu casa,
tus hijos serán como olivos nuevos
alrededor de tu mesa.
4 Así será bendito
el hombre que teme al Señor.
5 ¡Que el Señor te bendiga desde Sión:
puedas ver la dicha de Jerusalén
durante todos los días de tu vida!
¡Que veas a los hijos de tus hijos
y en Israel, la paz!


SALMO 136 (135)

Den gracias al Señor.— Himno de acción de gracias, utilizado para la fiesta de la Pascua, fiesta de liberación del pueblo de
Dios. «Eterno es su amor» y en la eternidad no terminaremos ni nos cansaremos de descubrirlo.

1 Den gracias al Señor, porque él es bueno,
porque su amor perdura para siempre.
2 Den gracias al que es Dios de los dioses,
porque su amor perdura para siempre.
3 Den gracias al Señor de los señores,
porque su amor perdura para siempre.
4 Al único que ha hecho maravillas,
porque su amor perdura para siempre.
5 Al que con sabiduría hizo los cielos,
porque su amor perdura para siempre.
6 Al que puso la tierra sobre las aguas,
porque su amor perdura para siempre.
7 Al que creó las grandes luminarias,
porque su amor perdura para siempre.
8 Al sol para que gobierne el día,
porque su amor perdura para siempre.
9 La luna y las estrellas para que manden la noche,
porque su amor perdura para siempre.
10 Al que hirió a Egipto en sus primogénitos,
porque su amor perdura para siempre.
11 Y a Israel lo sacó de en medio de ellos,
porque su amor perdura para siempre.
12 Con mano fuerte y brazo levantado,
porque su amor perdura para siempre.
13 Al que separó en dos el Mar de Juncos,
porque su amor perdura para siempre.
14 Y condujo a Israel por medio de él,
porque su amor perdura para siempre.
15 Allí tumbó a Faraón y a su ejército,
porque su amor perdura para siempre.
16 Al que guió a su pueblo en el desierto,
porque su amor perdura para siempre.
17 Al que aplastó a reyes poderosos,
porque su amor perdura para siempre.
18 Y dio muerte a monarcas respetables,
porque su amor perdura para siempre.
19 A Sijón, rey de los Amorreos,
porque su amor perdura para siempre.
20 Y a Og, rey de Basán,
porque su amor perdura para siempre.
21 Y traspasó sus tierras como herencia,
porque su amor perdura para siempre.
22 Como herencia a Israel, su servidor,
porque su amor perdura para siempre.
23 Se acordó de nosotros en nuestro abatimiento,
porque su amor perdura para siempre.
24 Y nos libró de nuestros opresores,
porque su amor perdura para siempre.
25 El da su pan a todo ser carnal,
porque su amor perdura para siempre.
26 Den gracias al que es Dios de los cielos,
porque su amor perdura para siempre.


SALMO 144 (143)

1 Bendito sea el Señor, Roca mía, 
que mis manos adiestra para el combate
y mis dedos para la batalla.
2 El es mi refugio y mi baluarte, mi 
fortaleza y mi libertador, mi escudo 
en que me amparo, él humilla a los
pueblos a mis pies.
3 Señor, ¿qué es el hombre para 
que de él te acuerdes? ¿Qué es el 
hijo de Adán para que en él pienses?
4 El hombre es como un soplo, sus 
días como la sombra que pasa.
5 Señor, inclina tus cielos y desciende, 
toca los montes para que echen humo.
6 Envía tus relámpagos, dispérsalos, 
tira tus flechas y cáusales estragos.
7 Desde lo alto tiéndeme tus manos, 
sálvame sacándome de las 
aguas profundas y de las manos de 
los hijos de extranjeros, 8 cuya boca 
dice falsedades y su diestra es una 
diestra de perjurio.
9 Oh Dios, quiero cantarte un canto 
nuevo, y tocar para ti en la lira de 
diez cuerdas, 10 a ti que das a los reyes 
la victoria, que salvas a David, tu 
servidor de la espada que mata (11).
12 Aquí están nuestros hijos como 
plantas que van creciendo desde su 
niñez; nuestras hijas son columnas 
angulares esculpidas en el frontis de 
un palacio.
13 Están nuestros graneros muy repletos, 
rebosantes de toda clase de 
cosechas; nuestras ovejas se cuentan 
por miles, por millares se ven en 
nuestros campos; 14 nuestras bestias 
viajan muy cargadas.
No hay hoyos en los muros ni rendiciones, 
ni gritos de lamento en nuestras plazas.
15 Dichoso el pueblo que esta suerte 
tiene, dichoso el pueblo cuyo Dios 
es el Señor.


SALMO 145 (144)

1 Te celebro, oh Rey mi Dios,
y bendigo tu nombre para siempre.
2 Deseo bendecirte cada día,
alabaré tu Nombre para siempre.
3 Grande es el Señor, muy digno de alabanza,
y no puede medirse su grandeza.
4 De generación en generación
se celebran tus obras, se cuentan tus proezas.
5 El esplendor, la gloria de tu Nombre,
tus maravillas, los repetiré.
6 De tu poder formidable se hablará,
y tus grandezas yo las contaré.
7 Nos harán recordar tu gran bondad
y se proclamará tu justicia.
8 El Señor es ternura y compasión,
paciente y lleno de amor.
9 El Señor es bondad para con todos,
sus ternuras están en todas sus obras.
10 Te den gracias, Señor, todas tus obras,
te bendigan tus amigos;
11 que hablen de la gloria de tu reino
y anuncien tus hazañas,
12 para que vean los hombres tus proezas,
el brillo y la gloria de tu reino.
13 Tu reino es reino por todos los siglos,
y tu imperio por todas las edades.
Fiel es el Señor en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus obras.
14 Sostiene el Señor a todos los que caen,
a los que están encorvados endereza.
15 Los ojos de todos de ti esperan
que les des a su tiempo su alimento.
16 Tú sólo abres tu mano, y satisfaces
de lo que quiera a todo ser viviente.
17 Justo es el Señor en todos sus caminos
y bondadoso en todas sus obras.
18 Cerca está el Señor de los que le invocan,
de todos los que lo invocan de verdad.
19 Les da en el gusto a todos los que lo temen,
escucha su clamor y los salva.
20 El Señor guarda a todos los que lo aman,
y a todos los malvados extermina.
¡Que mi boca proclame la alabanza del Señor
y todo ser carnal bendiga su santo nombre,
por siempre y para siempre!









¡Gracias por tu donación amorosa!


Recuerda que el Donar desde tu corazón, puedes cambiar tu suerte, la situación que estás viviendo y sanar tu cuerpo

Gracias 👐

Tu donativo ayuda a seguir develando los "SECRETOS DEL CIELO"






Comentarios

Entradas populares de este blog

Salmos para encontrar pareja

SALMO 67 EN FORMA DE CANDELABRO: PARA DINERO Y SUSTENTO

DECRETO